La llegada del calor del verano pone a prueba los vehículos. Por esa razón, los talleres pueden recordar a sus clientes la conveniencia de revisar su estado para evitar males mayores.
Algunas de las partes del vehículo que acusan más el calor son el termostato y el electroventilador, ambos en el motor del vehículo. Son los encargados de regular la temperatura y controlar el flujo de anticongelante del sistema de refrigeración del motor. El calor extremo puede hacer que dejen de funcionar, reflejen lecturas erróneas o se rompan los conductos del refrigerante.
La válvula EGR es otro de los componentes sensibles al calor. Al haber un mayor número de partículas en el aire, se acumulan más residuos sobre el solenoide, lo que puede llegar a obstruirlo.
Por supuesto, el sistema de aire acondicionado también se encuentra entre los que más sufren con las altas temperaturas. Como suele llevar meses sin utilizarse, un uso forzado o incorrecto puede llegar a averiar el compresor o los filtros.
Otros elementos del vehículo a los que también hay que prestar atención ante la llegada del calor son los neumáticos, que sufren un mayor desgaste durante los meses de verano, al igual que las pastillas de freno.