Es un sistema fundamental para la seguridad del vehículo al que conviene prestar atención. El freno de mano asegura que el coche no se mueva cuando está estacionado. Lo hace tensando un cable que tira de una pieza en los frenos que, a su vez, aprieta las pastillas o zapatas para bloquear la rueda. Cuando se acciona, se ilumina un testigo con la letra P.
Desde la patronal Asetra recuerdan que, para el mantenimiento del freno de mano, es importante observar si dicho cable se tensa lo suficiente. El uso y el paso del tiempo pueden provocar que se afloje, por eso es necesario ajustarlo. Además, si presenta óxido, será necesario sustituirlo.
Un síntoma clave de que el freno de mano se está desajustando tiene que ver con el recorrido de la palanca. Si este aumenta, quiere decir que el sistema se está desajustando. Por eso es conveniente que los talleres recomienden a los conductores que estén alerta y acudan a sus instalaciones si observan este síntoma en su vehículo.
En cuanto a los modernos sistemas que sustituyen la palanca por un accionamiento eléctrico que bloquea las ruedas traseras, pueden ser de dos clases: los que emplean un motor para tensar el cable que acciona después el mecanismo en cada rueda y los que incorporan un pequeño motor eléctrico en cada pinza de freno que pone en marcha un grupo de piñones en la pinza de cada rueda para bloquearla.
La ventaja de este tipo de frenos es que habilitan más espacio en el habitáculo y permiten su accionamiento al quitar la llave del contacto. Por otro lado, requieren más componentes, por lo que es más probable que puedan sufrir una avería.