Un reglamento que está cerca de expirar y un mercado que se puede ver afectado por ello. Este es el contexto en el que la patronal de los recambistas Ancera ha realizado su última petición a la Comisión Europea. El mensaje es claro: es necesario reforzar la libre distribución de recambios en territorio europeo.
Para ello, Ancera ha pedido a la Unión Europea que amplíe y actualice el Reglamento 461/2010, que expirará el 31 de mayo de 2023. De hecho, la asociación está participando activamente junto a Figiefa en el proceso de consulta iniciado por la Comisión Europea.
Este reglamento es el que permite a las empresas de distribución y reparación de piezas de automóvil prestar servicios de posventa competitivos frente a las redes marquistas. Su final podría exponerlas a una mayor dependencia de los constructores de vehículos.
Entre otras cosas, el reglamento garantiza una serie de medidas que aseguran la capacidad competitiva de estos negocios. Destaca, por ejemplo, que los constructores de vehículos no puedan impedir a sus proveedores de equipo original suministrar también sus productos a los distribuidores independientes. Tampoco pueden condicionar la garantía a la reparación y mantenimiento del vehículo dentro de su red o al uso de repuestos de la propia marca. Por su parte, los conductores pueden acudir a cualquier taller de reparación para trabajos que no estén cubiertos por la garantía y mantenerla.
Información técnica puntual, utilizable y a precio razonable o la libertad de los talleres para abastecerse de componentes en distintos proveedores también son garantizadas por el reglamento que debe revisarse ahora. Una actualización que podría permitir a los distribuidores de recambios beneficiarse de condiciones más justas para competir con los constructores de vehículos en nuevos servicios, resultantes de la creciente digitalización del vehículo y de los servicios posventa.