Una mezcla de propano y butano que hace que un vehículo se mueva. Así se define el autogás o GLP, el combustible alternativo más utilizado en el mundo, ya que propulsa a 25 millones de automóviles en todo el mundo. De ellos, 15 millones están en Europa, según datos de Faconauto.
Este tipo de vehículos es cada vez más habitual en talleres de toda España. Aunque al hablar de alternativas a los motores de gasolina o diésel se suelen mencionar solamente los vehículos eléctricos o híbridos, lo cierto es que el autogás es cada vez más popular.
Parte del éxito de estos automóviles se explica por su funcionamiento, muy similar al de los vehículos convencionales con motor de gasolina o diésel. De hecho, disponen de un motor de gasolina adaptado y dos depósitos: uno de este combustible y otro de autogás.
Estos vehículos realizan siempre el arranque con gasolina y después cambian automáticamente a autogás en los primeros minutos de funcionamiento. Su autonomía ronda los 1.200 km y cuentan con etiqueta ECO por sus bajas emisiones (15% menos de CO2, 68% menos de emisiones NOx y nulas partículas), entre otras ventajas.
En 2018, más de 19.500 vehículos de este tipo se matricularon en España. Esto significa que sus ventas aumentaron cinco veces y media respecto al año anterior. También que estos automóviles suponen dos de cada cinco matriculaciones con etiqueta Cero o ECO, cuatro veces más que las de GNC y 2,5 más que los eléctricos.
En total, en España circulan más de 73.000 automóviles propulsados a GLP, tres veces más que eléctricos y seis veces más que vehículos a GNC. De hecho, no solo las matriculaciones de estos vehículos crecen, sino también las transformaciones de automóviles de gasolina a esta propulsión mixta.