Una comparación desafortunada ha provocado que la patronal de talleres Conepa se dirigiera recientemente a Hacienda para trasladar su “discrepancia y malestar” por la última campaña de información a talleres.
La Agencia Tributaria ha hecho llegar a miles de talleres cartas en las que se comparan las ratios económicas concretas de cada uno de sus destinatarios con unas referencias medias globales del sector calculadas por dicha entidad. Desde la asociación señalan la gran variedad de actividades que desarrollan los establecimientos en función de su especialidad o multiespecialidad, lo cual hace casi imposible, subraya la patronal, determinar referencias comparativas comunes y uniformes para el sector en su conjunto.
Por este motivo, Conepa ha mostrado distintos ejemplos en los que se refleja la diferencia entre centros de similares características objetivas, pero con distintas especialidades. Así, la organización señala que Hacienda es consciente de que sus referencias sectoriales pueden resultar demasiado generalistas porque no tienen en cuenta particularidades específicas relevantes para entender el sector de la reparación y mantenimiento.
Sin embargo, desde la subdirección general de verificación y control de la entidad han confirmado que la política de envíos periódicos de este tipo de información a los talleres continuará en el futuro. Con esta medida, se pretende adoptar una práctica habitual en otros países de la Unión Europea, donde estas cartas se contemplan como exclusivo aporte de valor referencial para el autoanálisis de los empresarios en relación con otras empresas similares.
Por todo esto, Conepa y la Agencia Tributaria han establecido que los contribuyentes receptores de esas misivas no tendrán que comprobar o revisar nada si tienen la seguridad de que tanto su contabilidad como la correspondiente presentación de sus declaraciones se han llevado a cabo de forma correcta.
Con todo, la patronal considera que estas misivas deberían incluir un contenido más útil y acorde con esa finalidad y, así, evitar la polémica generada hasta ahora, “ya que muchos contribuyentes han interpretado, y no sin bases razonables, que el envío de dichas cartas no tenía otra intención que trasladar por parte de Hacienda un mensaje amenazador y de intranquilidad con un fin claramente recaudatorio”.