El cambio de pastillas de freno es una operación muy habitual en talleres de toda España. Tal y como recuerda el proveedor de Cecauto Road House, hay tres señales principales que indican que se deben sustituir estos elementos:
El grosor no es suficiente: al inspeccionar el vehículo es importante comprobar el espesor y reparar las anomalías de las pastillas. Una pastilla nueva tiene un grosor de unos 15 mm. Cuando ese espesor disminuye a los 2-3 mm, es necesario sustituirla. También hay que tener en cuenta que las pastillas de las ruedas delanteras se desgastan más rápido que las traseras.
Una señal luminosa del salpicadero lo indica: algunos vehículos cuentan con un indicador de desgaste electrónico que avisa al conductor cuando la pastilla de freno está desgastada y debe cambiarse. Los que no cuenten con este indicador deberán realizar inspecciones rutinarias de las pastillas de freno.
El coche “avisa”: un sonido metálico al frenar indica que el material de las pastillas de freno se ha desgastado y hay que cambiarlas. De no hacerlo, los discos de freno podrían sufrir graves daños.